viernes, 22 de octubre de 2010

In Your Arms 5

La cara de WTF( porque así era ) de Sofía era increible.



-Ba..ba...by. ¿Porque me llamaste!?



-Ja, eso lo sabrás pronto. Ana querida, lleva a la niña afuera, y juega a ser la tia que tanto quieres ser.



Ana le lanzó una mirada , que mejor ni decir wtf. Tomó a la niña delicadamente de la mano y la llevo fuera.



Una vez cerrada la puerta Baby empezó a reirse.



-No pasa nada. Al final de todo, los servicios no son para mi, son para un cliente. El que acabas de ver salir por la puerta.



-Ese desgraciado que lastimo a mi hija... si. Vaya cliente que me tocó.



Baby arrojó sobre el escritorio todos los planos de las ideas para la nueva casa del cliente. Al ver esos colores y esas tramas Sofía deseo tanto vivir en esa casa.



-Deja de babearte sobre esos papeles por favor que no tengo copias.



-Anda, no te hagas el rudo conmigo que seguro andas de amorios con Ana.



Al decir tal cosa baby carraspeo, se sono los dedos, se puso colorado y con un levantamiento de cejas dijo:



-Pero que cosas dices... Ahora por favor anota la dirección mañana mismo empezaras a trabajar.



-De acuerdo.



-Pero una cosita.. quizás no lo veas mucho quizas, casi nada a mi cliente, es un hombre muy ocupado, pero siempre te dejara las indicaciones en el refrigador. Hoy pasaras la noche en el hotel, pero viviran mientras tanto en el cuarto de huespedes vacio del ultimo piso de su casa.



Sofía afirmo, firmo los documentos se los dejo a Baby y salio de la oficina.



-Ana, ya debo ir yendome, ire a comprar ropa para Tae Hee. Luego te veré, espero.



Ana entretenida con su sobrina del alma, tuvo que dejarla liberarse de sus abrazos con una mueca de disgusto.



-Porque tu hija ¿tiene un nombre coreano?



-Mmgmm? Lo siento llego tarde.



Mientras bajaba en el ascensor, se quedo con esas palabras grabadas ¿porque tiene un nombre coreano? Si tan solo supiera... Gracias a dios para nada le habian preguntado el apellido de su hija.



Al llegar a la calle llamo un taxi y le indico la dirección hacia el hotel.



Cuando arribaron al hotel dejo las cosas sobre la cama cucheta y se encamino a bañarse. Amaba bañarse y la lluvia. Siempre eran esos momentos en los que podía llorar, descargarse sin nadie darse de enterado.



Bastardo... ojala aun recuerdes el daño que me hiciste. Pensar esas cosas, pero en su corazón sentir otras era el dolor más grande de todo lo que atravesaba...

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